El Paradigma de
El Triángulo
Didáctico
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Unidad 4: Variables
situacionales que influyen en el aprendizaje
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T-ECA4-002
Variables situacionales: Motivación y autoconcepto
T-ECA4-003
Variables situacionales: El profesor
T-ECA4-004
Variables situacionales: Factores sociales en el aprendizaje
T-ECA4-005
Variables situacionales: Los contenidos de aprendizaje
T-ECA4-006
Variables situacionales: El contexto del aula
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T-ECA4-001 Introducción
Ya se
ha mencionado en la unidad previa la complejidad que implica el tratar de
incluir las diferentes variables que influyen en el proceso de aprendizaje, y no
sólo por el hecho de su simple inclusión si no por las interrelaciones que se
dan entre ellas, aunado a las dificultades naturales de cuantificar su
presencia y sus efectos en todo proceso educativo.
Sin
embargo, al caracterizarlas las hemos separado en dos categorías:
La
categoría cognitiva o variables intrapersonales, que
ya han sido analizadas en
Esta
segunda categoría considera los factores afectivos y sociales del aprendizaje o
factores
situacionales dentro de las cuales se incluyen entre otros: variables
motivacionales y actitudinales, factores sociales y de grupo, la naturaleza del
aula y características del profesor. En
el material de esta unidad nos concentraremos al estudio de las características
de esta segunda categoría.
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Focalización
T-ECA4-002 Variables
situacionales: Motivación y autoconcepto
Adicionalmente a las variables intrapersonales citadas hasta este
punto, existe una serie de factores adicionales interrelacionados que ejercen
un afecto menos decisivo sobre el aprendizaje, la referencia es a variables de
carácter afectivo y social.
Según Solé, (Coll y col., 1993),
una de las condiciones indispensables para que el aprendizaje significativo
pueda producirse, es que exista disposición para ello por parte del alumno.
Gran parte de la disposición que muestren éstos a realizar una tarea dependerá
del sentido que sean capaces de atribuirle y, para ello es preciso que además
de conocer la finalidad y el método que deben seguir para realizar dicha tarea,
la encuentren atractiva y por tanto interesante.
Cita Bibliográfica |
|
Coll, C., Martín, E., Mauri, T., Miras, M., Onrubia, J., Solé, I. y Zabala,
A. (1993) El constructivismo en el aula. (1a edición) España. Graó |
El proceso de aprender presupone un interés generado por la necesidad
de saber, la motivación se desarrolla a través
de variables intermedias como la concentración, la persistencia en la
realización de la tarea y la mayor tolerancia ante posibles resultados
negativos, pero el efecto que la motivación ejerce sobre la estructura
cognitiva del alumno una vez concluidas las sesiones de aprendizaje y formados
los productos de interacción cognitiva, deja de influir sobre la estructura
mental del alumno; según Chavero (1999:63-64):
Los motivos que
pueden conducir a un alumno a aprender (motivación de logro) son varios: cognitivos,
de mejoría del yo y afiliativos. Normalmente en la motivación de logro están
representadas en diferente proporción las tres clases, variando según factores
tales como el sexo, edad, cultura, pertenencia a clase social, personalidad,
etc.
El impulso
cognitivo, el deseo de saber y aprender en sí mismo, es el más importante de
los tres en el desarrollo del aprendizaje significativo, porque constituye su
propia recompensa. Es probable que su origen esté en la curiosidad, en el deseo
de explorar y comprender el entorno, reforzándolo –sobre todo– en la
experiencia de aprendizaje de la que a su vez depende. Está completamente
orientado hacia la tarea en el sentido de que el motivo para terminar, dicha
tarea, está en la necesidad de saber, lo cual, constituye su propia recompensa.
[En términos de Maslow, se refiere a
aprendizaje intrínseco]
Idea Central |
|
El impulso
cognitivo, el deseo de saber y aprender en sí mismo, es el más importante,
porque constituye su propia recompensa. |
La motivación de
mejora del yo, hace referencia a la necesidad del alumno por conseguir estatus
o reconocimiento social por su competencia en el desarrollo de una tarea. Una
de sus fuentes está en la ansiedad que se genera ante el temor a la pérdida de
consideración que resulta del fracaso académico. El impulso de mejoramiento del
yo, aunque no es una motivación intrínseca para aprender, debe valorarse como
positiva con relación a la propia madurez de la persona. Otro motivo para
alentar este impulso es que pocos individuos consiguen desarrollar impulsos
cognitivos para la gran diversidad de materias que se les presentan y el gran
volumen de contenidos que suele abarcar cada una de ellas.
Idea Central |
|
La motivación de mejora
del yo, hace referencia a la necesidad del alumno por conseguir estatus o
reconocimiento social por su competencia en el desarrollo de una tarea. |
La componente de
motivación afiliativa no se orienta ni a la tarea ni al mejoramiento del yo. Su
motivo principal está en la espera del reconocimiento por parte de una persona
o grupo, independientemente del nivel de desarrollo de la tarea desde el punto
de vista personal. El estatus que alcanza el individuo no está determinado por
su nivel de aprovechamiento, sino por el hecho de que continúen aceptándolo.
Idea Central |
|
La componente de
motivación afiliativa no se orienta ni a la tarea ni al mejoramiento del yo. Su
motivo principal está en la espera del reconocimiento por parte de una
persona o grupo. |
Cuando se aprenden
contenidos, se aprende además que se tiene capacidad para aprenderlos; lo contrario
sucede cuando no somos capaces de aprender. La experiencia vivida en el proceso
de aprendizaje puede ofrecer entonces una imagen positiva de uno mismo,
reforzando nuestra propia autoestima o por el contrario lesionarla si la imagen
ofrecida es negativa (Solé, 1993). Este autoconcepto que se ve influido por los
resultados obtenidos, es a su vez un factor decisivo cuando el alumno debe
enfrentarse a una nueva situación de aprendizaje. El concepto de sí mismo o
autoconcepto incluye todo un amplio espectro sobre aquellas representaciones,
juicios, ideas y sentimientos, que las personas tenemos acerca de nosotros
mismos y que puede comprender al individuo en su totalidad o a algún aspecto de
éste (Fierro, 1990).
Está demostrada la
relación entre autoconcepto y rendimiento escolar, encontrándose que aquellos
alumnos que poseen un mejor concepto de sí mismo obtienen también mejores
resultados académicos. Este resultado plantea importantes cuestiones en la
planificación y desarrollo escolar, dado que el autoconcepto se regenera en la
interacción diaria con profesores y compañeros, será en el curso de esta
relación donde se generen expectativas que pueden modificar la actuación del
estudiante.
Favorecer la
autoestima del alumno partiendo de lo que ya sabe y reforzar sus aportaciones
mediante verbalizaciones adecuadas fomenta su interés y disposición hacia el
aprendizaje, y le permite confiar en sus posibilidades, ganando en autonomía
para afrontar nuevas tareas.
Idea Central |
|
Favorecer la autoestima del alumno partiendo de lo que ya
sabe y reforzar sus aportaciones mediante verbalizaciones adecuadas fomenta
su interés y disposición hacia el aprendizaje, y le permite confiar en sus
posibilidades, ganando en autonomía para afrontar nuevas tareas. |
Por su parte Solé señala (Coll y col., 1993) los efectos que la
autoestima marca sobre el proceso de aprendizaje y que por tanto debemos de
considerar en el momento de crear y activar las situaciones o estrategias didácticas
previamente diseñadas:
Cuando uno pretende
aprender y aprende, la experiencia vivida le ofrece una imagen positiva de sí
mismo y se refuerza su autoestima, lo que sin duda constituye un buen bagaje
para continuar afrontando los retos que se le presentan. El autoconcepto, que
se ve influido por el proceso seguido y los resultados obtenidos en la
situación de aprendizaje, influye a su vez en la forma de enfrentarse a ella,
y, en general, como ha sido puesto de manifiesto por Rogers (1987) y Rogers y
Kutnick (1992), en la forma de comportarse, de interactuar, de estar en el
mundo.
Idea Central |
|
Cuando uno pretende aprender y
aprende, la experiencia vivida le ofrece una imagen positiva de sí mismo y se
refuerza su autoestima, lo que sin duda constituye un buen bagaje para
continuar afrontando los retos que se le presentan. |
El autoconcepto
(Fierro,1990), incluye un conjunto amplio de representaciones (imágenes, juicios,
conceptos) que las personas tenemos acerca de nosotras mismas, y que engloban
aspectos corporales, psicológicos, sociales, morales y otros. Puede referirse al individuo globalmente
entendido o bien a alguna dimensión o aspecto concreto. El autoconcepto se refiere al conocimiento
de uno mismo, e incluye juicios valorativos,
lo que se denomina autoestima. Situándonos en el marco escolar, se ha
demostrado la relación entre el autoconcepto y el rendimiento académico y no
existen muchas dudas acerca de que los niños y adolescentes con un alto nivel
de autoestima obtienen mejores resultados en la escuela. Más discutible es el sentido de esa relación
(¿es una alta autoestima lo que influye en los resultados o son éstos los
responsables de una elevada autoestima?), aunque parece sensato pensar que lo
que existe una influencia mutua, una relación circular o, mejor, en espiral.
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T-ECA4-003 Variables
situacionales: El profesor
Según Ausubel, Novak y Hanesian (1983), el profesor
constituye una de las variables que más influye en el proceso de enseñanza y
aprendizaje, tanto por el grado de conocimiento de la materia que imparte, como
por su estilo para presentar y organizar el material de aprendizaje, o bien,
por su capacidad para comunicarse y transmitir valores a los alumnos.
Por su parte Chavero (1999), resume la experiencia
señalada por Ausubel al anotar que:
Más
importante que el grado de conocimiento de la materia (que actualmente sigue
siendo el factor decisivo para la selección del profesorado) posiblemente sean
la capacidad para el desempeño de su tarea en situaciones reales en el aula y
el pensamiento del profesor como variable mediadora del sistema aula. Aunque
para enseñar con éxito es necesario un nivel determinado de inteligencia, a
partir de ese punto crítico no se corresponde una mayor capacidad con una
mejora en los resultados de aprendizaje de los alumnos.
[...]
Es
posible que para el desempeño profesional sea el pensamiento del profesor la
variable más influyente. Este pensamiento del profesor se organiza en torno a
esquemas de conocimiento que guían, aunque no conscientemente, su actuación y
donde se incluyen creencias, teorías personales, estrategias, procesos de
intervención y evaluación de la enseñanza.
Idea Central |
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El pensamiento
del profesor se organiza en torno a esquemas de conocimiento que guían,
aunque no conscientemente, su actuación y donde se incluyen creencias, teorías
personales, estrategias, procesos de intervención y evaluación de la
enseñanza. |
Estos
esquemas se agrupan en diferentes configuraciones de reglas, principios
prácticos e imágenes (Elbaz, 1988) que le permiten tomar decisiones y resolver problemas
con economía de tiempo y de esfuerzo. Estos esquemas de conocimientos pueden
considerarse como construcciones que poseen un alto grado de inmutabilidad y
una gran resistencia a ser cambiados.
El proceso
de planificación de la enseñanza implica de alguna manera explicitar un
conjunto de guiones y planes que se convierten en el referente de la práctica
educativa, constituyéndose en actividad mediadora entre el pensamiento y la
acción. Durante la clase, el profesor se guía por los planes previamente
establecidos, lo cual le permite simplificar en cierta forma la realidad del
aula. Cuando un profesor detecta un problema tenderá a utilizar aquellas mismas
rutinas que tuvieron éxito; en otros casos, no pretenderá resolver
mecánicamente los problemas sino que tratará de adaptar sus planes a la nueva
situación en un proceso de investigación y reflexión en y sobre la acción para
transformarla.
Desde
la perspectiva del profesor que reflexiona sobre la práctica y del alumno que
va a construir el nuevo conocimiento sobre la base de aquellos que ya posee, se
presenta un amplio abanico de estrategias a utilizar en las interacciones
alumno-profesor. Estas estrategias, como consecuencia del carácter personal del
aprendizaje, probablemente serán diferentes para los diversos alumnos y
situaciones, lo que conducirá a una intervención diferenciada desde el análisis
que del proceso realice el profesor.
Cita Bibliográfica |
|
Chavero Blanco, José Carlos
(1998). Tesis Doctoral: Hipermedia en educación. El modo escritor como
catalizador del proceso enseñanza-aprendizaje en http://med.unex.es/Docs/TesisChavero/Indice.html Tesis doctoral, Universidad de Extremadura,
Instituto de Ciencias de la Educación.
España. |
|
El profesor, como actor del proceso de enseñanza, ha resultado ser una
pieza clave para promover la actividad mental del alumno en la construcción del
nuevo conocimiento, ya que éste ha de intervenir para activar las ideas previas
de los alumnos, centrar sus actividades en la tarea, focalizar su atención e
interés, guiar en la asociación de significado a conocimientos aprendidos y en
el desarrollo de actitudes positivas en el momento de la clase y en cualquier
actividad cotidiana extramuros.
En el caso del paradigma que nos ocupa, la participación del maestro
está prevista como facilitador,
que discute en una condición más horizontal con el estudiante, el cuál a su vez
se encuentra con menos tensiones, ya que no presenta la presión del grupo que
lo invita a lograr un avance forzado, pero a la vez coordinado con el resto del
grupo. Por esta consideración y
especialmente en la educación virtual –como en la
que nos encontramos–, resulta que el estudiante experimenta su propio
ritmo en la interiorización de los materiales y (es
posible que) el facilitador se encontrará simultáneamente en diferentes
“temas del currículo”, dependiendo de cuantos alumnos atienda y de los grados
de avance de cada uno.
Idea Central |
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El profesor, como
actor del proceso de enseñanza, ha resultado ser una pieza clave para
promover la actividad mental del alumno en la construcción del nuevo
conocimiento, ya que éste ha de intervenir para activar las ideas previas de
los alumnos, centrar sus actividades en la tarea, focalizar su atención e
interés, guiar en la asociación de significado a conocimientos aprendidos y
en el desarrollo de actitudes positivas en el momento de la clase y en
cualquier actividad cotidiana extramuros. |
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T-ECA4-004 Variables
situacionales: Factores sociales en el aprendizaje
Según Ausubel (1983), las variables sociales y de grupo deben ser
consideradas en el aprendizaje escolar, pues inciden inevitablemente en el
aprendizaje de materia de estudio, valores y actitudes. Su influencia en el
aprendizaje de las primeras es mediada a través de variables
motivacionales. Aunque el peso de la
evidencia indica que el clima del salón de clase tiene poco efecto en el
aprovechamiento académico, afecta las actitudes hacia la escuela, el
aprendizaje de valores culturalmente aprobados y la conducta escolar. Por su parte Chavero (1999), cita que:
…la dinámica que regula la conducta en el
aula, su talante democrático o autoritario no parece un factor decisivo –en
cuanto al aprovechamiento académico– (Stern, 1963), aunque sí puede influir sobre
las actitudes de nuestros alumnos hacia la escuela y hacia los valores asumidos
por los adultos. Porlan (1993) considera, que los principios de libertad de
expresión y de respeto a opiniones ajenas son imprescindibles en la escuela, y
que la construcción de conocimientos debe basarse en la negociación de
significados entre profesor, alumno y compañeros, negociación que no puede
realizarse más que en un ambiente democrático.
A pesar de diversos estudios, no existe una respuesta contundente a la
pregunta sobre si el aprendizaje de los alumnos es más eficaz cuando se produce
en grupo o individualmente, ya que son muchos los factores de lo cual depende,
entre los que se puede señalar: naturaleza de la tarea, grado de interacción y
cooperación, número de componentes del
grupo, liderazgo y conflicto, entre
otros. Chavero (1999), señala que algunos autores defienden la efectividad del
aprendizaje en grupos cooperativos y puntualizan algunos elementos claves del
éxito: distribución adecuada de líderes, heterogeneidad del grupo, búsqueda de
una interdependencia positiva, fomento de tareas de cohesión social y autonomía
del grupo; pero que además, otros autores concluyen a partir de sus propias
experiencias el resultado opuesto: el agrupamiento por sí mismo no afecta el
éxito, recalcando la importancia de que las decisiones de agrupación estén
basadas en las necesidades de los estudiantes. Adicionalmente, cita que Martí y
Solé afirman que la cohesión del grupo también puede aumentar la eficacia de
éste, cuando se enfrenta a la resolución de problemas, aumentándose la
motivación por compartir la tarea con compañeros con los que se simpatiza.
Aunque el apoyo del grupo puede reducir la ansiedad y mejora la confianza del
individuo para resolver problemas, también diluye la responsabilidad e
iniciativa personal.
A través de las interacciones en el grupo y con el profesor, se puede
ayudar al aprendizaje del alumno aunque, en ningún caso, puede sustituir al
proceso personal de construcción del conocimiento que es propio del individuo.
Idea Central |
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A través de las
interacciones en el grupo y con el profesor, se puede ayudar al aprendizaje
del alumno aunque, en ningún caso, puede sustituir al proceso personal de
construcción del conocimiento que es propio del individuo. |
Resulta fundamental el papel de maestro como facilitador o guía, ya que, la enseñanza –considerada como ayuda– debe caracterizarse por el ajuste de dicha ayuda para que el proceso constructivo del alumno resulte eficaz. Para que la ayuda sea efectiva es básico que se adecue al alumno, para ello debe ajustarse a las características individuales, teniendo en cuenta sus esquemas iniciales de conocimiento y motivación, para propiciar la modificación de sus esquemas en la dirección adecuada.
Idea Central |
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Resulta
fundamental el papel de maestro como facilitador o guía, ya que, la enseñanza
–considerada como ayuda– debe caracterizarse por el ajuste de dicha ayuda para
que el proceso constructivo del alumno resulte eficaz. |
“Debe quedar claro que el aprendizaje escolar es un proceso activo
desde el punto de vista del alumno, en el cual éste construye, modifica,
enriquece y diversifica sus esquemas de conocimiento”, señala Onrubia en
Coll y col. (1993:102-104), además entre las ayudas ofrecidas al individuo
cobra particular importancia la interacción con otras personas como origen de
los procesos de aprendizaje y desarrollo humano. Esta idea propuesta por el
psicólogo soviético Lev S. Vigotsky y citada por Onrubia, está asociada a la
noción de zona de desarrollo próximo.
“La zona de desarrollo próximo puede definirse como la distancia entre el nivel
de resolución de una tarea que una persona puede alcanzar actuando
independientemente y el nivel que puede alcanzar con la ayuda de un compañero
más competente en esa tarea”. Según esta idea, es en la zona de desarrollo
próximo donde pueden aparecer nuevas formas de afrontar problemas por parte del
miembro del grupo menos capacitado gracias a la ayuda de miembros más
competentes y, una vez alcanzada esa capacitación, será capaz de afrontar
individualmente esos problemas. La zona de desarrollo próximo no es una
propiedad de cada participante en su dimensión individual, sino que aparece en
la interacción entre participantes con distinto grado de competencia en función
de los esquemas de conocimiento que aporta uno y de los recursos que aporta el
otro.
A manera de definición |
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La zona de desarrollo próximo puede
definirse como la distancia entre el nivel de resolución de una tarea que una
persona puede alcanzar actuando independientemente y el nivel que puede
alcanzar con la ayuda de un compañero más competente en esa tarea. |
De acuerdo con la idea expuesta, resulta claro que,
dependiendo de los esquemas que aporten los alumnos a la situación de
enseñanza, la forma de actuación sobre la zona de desarrollo próximo deberá ser
diferente. Esa diferencia marcará las estrategias a seguir en cada caso, no
sólo en un sentido horizontal entre alumnos diferentes; tampoco se debe diseñar
la misma ayuda para un individuo que se enfrente por primera vez a una tarea
que cuando lo hace tras varios repasos, habrá que ajustarse al momento concreto
del aprendizaje en que se encuentre.
Cita Bibliográfica |
|
Coll, C., Martín,
E., Mauri, T., Miras, M., Onrubia, J., Solé, I. y Zabala, A. (1993) El constructivismo
en el aula. (1a edición) España. Graó. |
El uso, potencialidad y la creación de zonas de desarrollo próximo son
discutidos ampliamente por Onrubia (Coll, 1993:107-121) y se fija mediante los
siguientes criterios:
1. Creación de zonas de desarrollo próximo en la interacción
profesor-alumnos: procesos y criterios.
a. Insertar, en el máximo grado posible, la actividad puntual que el
alumno realiza en cada momento en el ámbito de marcos u objetivos más amplios
en los cuales esa actividad pueda tomar significado de manera más adecuada.
b. Posibilitar, en el máximo grado posible, la participación de todos los
alumnos en las distintas actividades y tareas, incluso si su nivel de
competencia, su interés, o sus conocimientos resultan en un primer momento muy
escasos y poco adecuados.
c. Establecer un clima racional, afectivo y emocional basado en la
confianza, la seguridad y la aceptación mutuas, y en el que tenga cabida la
curiosidad, la capacidad de sorpresa y el interés por el conocimiento por sí
mismo.
d. Introducir, en la medida de lo posible modificaciones y ajustes
específicos tanto en la programación más amplia como en el desarrollo “sobre la
marcha” de la propia actuación en función de la información obtenida a partir
de las actuaciones y productos parciales realizados por los alumnos.
e. Promover la utilización y profundización autónoma de los conocimientos
que se están aprendiendo por parte de los alumnos.
f. Establecer, en el mayor grado posible, relaciones constantes y
explícitas entre los nuevos contenidos que son objeto de aprendizaje y los
conocimientos previos de los alumnos.
g. Utilizar el lenguaje de la manera más clara y explícita posible,
tratando de evitar y controlar posibles malentendidos o incomprensiones.
h. Emplear el lenguaje para recontextualizar y reconceptualizar la
experiencia.
2. La interacción entre alumnos como fuente potencial de creación y avance
de Zonas de Desarrollo Próximo:
a. El contraste entre puntos de vista moderadamente divergentes a
propósito de una tarea o contenido de resolución conjunta.
b. La explicitación del propio punto de vista. Elemento que resulta muy
natural en la comunicación por medio del Internet en el chat o el correo
electrónico.
c. La coordinación de roles, el control mutuo del trabajo y el ofrecimiento
y recepción mutuos de ayuda.
La zona de desarrollo próximo no aparece como un
espacio estático, al contrario, la actuación de los participantes y el proceso
de realimentación que se produce entre ellos le confiere un carácter dinámico y
cambiante. Este dinamismo obliga a considerar ajustes en la programación y a
concebir el currículo de manera flexible en función de la actuación de los
alumnos.
Durante la activación de un escenario de aprendizaje por un grupo de
alumnos, mismos que deben ser coordinados por el facilitador, cada alumno por
separado aportará sus experiencias propias y aquellos con interiorizaciones más
profundas sobre los conceptos y a la par con el facilitador, serán los
elementos fundamentales que potencien la zona de desarrollo próximo de los
estudiantes que experimenten mayor lentitud en el proceso de aprendizaje, ésta
es la socialización que prevé el modelo diseñado.
Idea Central |
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La zona de desarrollo
próximo no aparece como un espacio estático, al contrario, la actuación de
los participantes y el proceso de realimentación que se produce entre ellos
le confiere un carácter dinámico y cambiante. |
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T-ECA4-005 Variables situacionales: Los contenidos de
aprendizaje
El aprendizaje de conceptos se da mediante un proceso de construcción
personal enmarcado dentro de un contexto social; por lo que el aprendizaje
puede considerarse como una socioconstrucción; esto es, que la actividad de aprendizaje puede
considerarse como socialmente mediada.
De acuerdo con Zabala (Coll y col. 1993); Chavero (1999) cita:
Las intenciones
educativas dependen siempre de la posición ideológica de partida y según se
adopte una posición u otra, el énfasis sobre lo que debe ser aprendido será
diferente. Si se acepta que todo cuanto puede ser aprendido debe ser
considerado como contenido de aprendizaje, habrá que extender el proceso de
construcción del conocimiento desde la construcción de conceptos a la
elaboración de procedimientos y a la construcción de actitudes por el sujeto
que aprende.
Distinguir los
contenidos de aprendizaje tiene un significado más profundo que el de
agruparlos para remarcar características semejantes; su discriminación
tipológica permite mejorar la comprensión de los procesos que están sucediendo
en el aula. Pero también, la metodología
con la que un profesor enfoca el desarrollo de un tema, tendrá fuerte relación
con las opciones que sobre un tipo de contenidos u otros configuren los
objetivos del tema.
En el aprendizaje
de hechos o de información sobre nombres, símbolos, fechas, o similares, se
puede encontrar cierta similitud (aunque sean conceptualmente diferentes) con
las representaciones que cita Ausubel. Muchas de las técnicas de aprendizaje
utilizadas estarán asociadas con actividades de memorización que vendrán a
corresponder a la conexión entre el significante y su representación tantas
veces como se produzca la repetición.
El aprendizaje de
conceptos y principios exige, dada su mayor complejidad, la presencia en el
alumno de conocimientos en su estructura cognitiva. Un principio puede
considerarse como un concepto donde el grado de abstracción es mayor en
relación con el resto de conceptos que conforman el marco explicativo. La
presencia de conocimientos próximos presentes en la estructura de ideas del
alumno facilitará el proceso de aprendizaje, por lo que, el alumno debe tomar
conciencia de lo que sabe; además, se deberán plantear estrategias que permitan
la activación y recuperación de esos conocimientos. El alumno debe tener
también motivos que le permitan encontrar sentido a la actividad de aprendizaje
de conceptos y estar dispuesto a compartir el propio conocimiento con los
otros, así como a recibir ayuda externa.
Idea central |
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Las intenciones educativas dependen siempre de la posición
ideológica de partida y según se adopte una posición u otra, el énfasis sobre
lo que debe ser aprendido será diferente. Si se acepta que todo cuanto puede
ser aprendido debe ser considerado como contenido de aprendizaje, habrá que
extender el proceso de construcción del conocimiento desde la construcción de
conceptos a la elaboración de procedimientos y a la construcción de actitudes
por el sujeto que aprende. |
Al igual que en los contenidos conceptuales, también se deben definir
conocimientos procedimentales previos (destrezas motoras, algoritmos, destrezas
cognitivas, estrategias heurísticas y metacognitivas) cuyo dominio permita
integrar nuevos procedimientos, así como valores y actitudes; de tal manera que
siendo los últimos, elementos transversales al currículo le den coherencia e
integralidad con los esquemas socialmente aceptados y en que está inmerso el
proceso educativo; desde luego que es el profesor quien debe de posibilitar y
coadyuvar a al integración de cada uno de los contenidos citados, en
colaboración de los propios estudiantes y el resto de los profesores.
Idea Central |
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Al igual que en
los contenidos conceptuales, también se deben definir conocimientos
procedimentales previos (destrezas motoras, algoritmos, destrezas cognitivas,
estrategias heurísticas y metacognitivas) cuyo dominio permita integrar
nuevos procedimientos, así como valores y actitudes; de tal manera que siendo
los últimos, elementos transversales al currículo le den coherencia e
integralidad con los esquemas socialmente aceptados y en que está inmerso el
proceso educativo. |
Inicio de la
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T-ECA4-006 Variables
situacionales: El contexto del aula
El aula es un sistema de actividad humana –complejo– donde elementos humanos
y materiales se encuentran en continua relación mediante un flujo constante de
información que le confieren una determinada organización característica, en el
cual el pensamiento y la práctica de profesores y alumnos están mediatizados y
condicionados, por el intercambio que se establece en él, entre las conductas y
actuaciones de los alumnos por un lado y la evaluación del profesor por otro.
Esta dimensión evaluadora se presenta como mediadora en la comunicación,
manifestándose en una estructura de poder característica donde el profesor
regula y gobierna el flujo de esa comunicación.
Por su parte, los alumnos en clase se encuentran sometidos a una
dimensión evaluadora y disciplinar donde no sólo ellos, sino toda la escuela es
la que se evalúa. Los profesores y estudiantes no actúan, piensan o se
relacionan desde una estructura igualitaria, sino que lo hacen desde una
situación jerárquica y de poder. Como
Chavero (1999) cita a Jackson:
A los profesores les interesa no sólo impedir
comportamientos anómalos, sino también asignar tareas a los alumnos. La
autoridad se manifiesta tanto en preceptos (haz esto) como en prohibiciones (no
hagas aquello). En este caso el pupitre representa no ya una esfera limitada de
actividades, sino un lugar especialmente diseñado para realizar determinadas
actividades. La misión del profesor consiste en decirle (al alumno) qué tiene
que hacer.
Este fenómeno social del poder en el aula hace que en su deseo –del
alumno– por salir airoso en los procesos evaluadores que se dan en la escuela
busque aquellos indicadores de situación que agradan o enfadan al maestro. De
tal forma que “la ambigüedad que caracteriza al intercambio simbólico entre
profesores y alumnos introduce un elemento de riesgo en las interpretaciones
que ambos ofrecen en el contexto. La existencia de este entramado de carácter
intencional no indica que no exista aprendizaje en el sentido de producción del
conocimiento, únicamente indica que el conocimiento escolar no es el único
conocimiento existente y posible”, para lo cual concluye Chavero
(1999:77-78):
En este contexto,
aparecen los distintos elementos mencionados anteriormente como variables o
factores que condicionan la construcción del conocimiento compartido:
¨
La estructura semántica de cada alumno: sus esquemas de
conocimiento, representaciones y creencias sobre el mundo físico-natural,
social y escolar, las estrategias de procesamiento de la información que
utilizan, sus intereses, etc.
¨
La estructura semántica del profesor: sus esquemas personales,
intereses profesionales, creencias pedagógicas, etc.
¨
El grado de adecuación entre tareas propuestas, los
intereses de los alumnos y la estructuración del currículo.
¨
El grado de adecuación entre los mensajes didácticos
puestos en juego por el profesor y los esquemas de conocimiento de los alumnos.
¨
Las características físicas y organizativas del
contexto: material didáctico, horario, etc.
¨
La motivación como elemento que hace funcionar el
proceso de construcción de significados.
¨
La investigación en la escuela como proceso de trabajo
será el principio integrador del aula, que al apoyarse en un proceso de
negociación constructivo e interactivo entre alumnos, profesores y contexto permita superar la contradicción entre
los intereses espontáneos de los alumnos y los objetivos y directrices
provenientes de instancias extraescolares.
Proyecto
P-ECA4-003: Mi clase bajo el paradigma de la educación centrada en el
aprendizaje
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