El Paradigma de
El Triángulo
Didáctico
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Unidad 4: Variables
situacionales que influyen en el aprendizaje
Punto
de reflexión ECA4-001: La imaginación
Yo siempre creí que la imaginación era una
actividad eminentemente interna, en la que mostrabas tus voliciones y
recuerdos, claro que también la aprovechamos para estructurar situaciones del
tipo ¿qué pasará sí?, y experimentamos toda una serie de consecuencias no
reales, por que están en el terreno de lo que no ha ocurrido, no ocurre o
incluso tal vez nunca ocurrirá.
Sin embargo,
Claxton opina que la imaginación “estriba en cambiar la relación entre el nivel
de la actividad neuronal del cerebro y los sentidos y los músculos a los que
está conectado”. De tal manera que
cuando nos encontramos activos, en las actividades físicas que tenemos que
realizar en nuestro espacio, los sentidos están ocupados en recibir la información
tanto del interior de nuestro cuerpo como del exterior, ya que internamente se
generan retroalimentaciones y respuestas ante los estímulos externos, así también los músculos y demás órganos reciben
dichas retroalimentaciones y en consecuencia “actuamos”, es decir, cerebro,
músculos y sentidos están activos. A esto él lo llama “modo de inmersión”,
porque considera que “estás inmerso en el mundo”.
Sin embargo, y
basado en investigaciones de otros
autores, se concluye que al parecer el sistema nervioso humano, “ha
desarrollado la capacidad de restringir su propio nivel de activación, de modo
que los movimientos físicos se pueden reducir a una excitación muscular tan
pequeña que se convierte en invisible para los demás, aunque crea una ligera
sensación de movimiento”. Por ejemplo,
se afirma que las personas al ver una cara enfadada de su interlocutor
reaccionas logrando una “imperceptible copia muscular en su cara”, mostrando
débilmente las mismas emociones que las personas con que tienes trato. Más aún, es importante el hecho de que el cerebro
realiza copias débiles del tipo de actividad sensorial que se produce en el
“modo de inmersión”, es decir si imaginas que estás corriendo entonces el
cerebro –puesto que ya conoce la situación– realiza en forma reducida la
actividad, de tal forma que envía impulsos nerviosos a los músculos
correspondientes como si la actividad realmente proviniera como respuesta a la
estimulación externa; en ocasiones la actividad del cerebro , cuando se utiliza
la imaginación, es tan grande como sí realmente se estuviera realizando la
actividad que se imagina. En
consecuencia, se resalta la idea de que la imaginación tiene la posibilidad de
crear una cantidad considerable de aprendizaje duradero, ya que en aspectos de
aprendizaje y memoria el cerebro trata a la actividad simulada (imaginada) y a
la directa (la real) como una misma cosa.
Se afirma, que “la
imaginación encarna fantasías e ideas y las concreta; y, al hacerlo, permite
que el aprendizaje se ajuste con más precisión y sea más práctico”.
De manera práctica,
la “imaginación debe de usarse como herramienta de aprendizaje en aquellas
situaciones en las que se cultiva la habilidad física, y también nos ayuda a ordenar nuestras
situaciones problemáticas y a pensar cómo enfocarlas”, el uso de la imaginación
como mecanismo de “simulaciones mentales, nos permite en lo general mejorar
nuestros desempeños”, entonces para sentirte un triunfador no se debe de pensar
el momento del triunfo, sino que la imaginación debe de permitirnos “vivir” el
proceso de llegar a serlo y no sólo esperar las consecuencias sin ningún acto
de por medio para lograrlo, son “los procesos los que debemos imaginar, no los
productos”.